Germán Vega tiene 46 años, es de La Plata y en el 2000, decidió irse a vivir a Bariloche, el lugar que lo conectaba con su pasión: la nieve, las montañas y el snowboard. Su vida transcurría en esquiar, trabajar en un local de ropa y salir con sus amigos. Sin embargo, cinco años después de lograr tener la vida que siempre soñó, todo cambió radicalmente.