El presidente Mauricio Macri comenzó a desandar las últimas semanas de su gestión con un único objetivo en mente: instalar, en medio del fracaso económico, una épica de triunfo. Liquidado el sueño reeleccionista tras estrellarse contra las urnas, el mandatario encontró sin embargo algo que creía perdido: la posibilidad de convertirse en líder de la oposición al gobierno de Alberto Fernández.